jueves, 5 de marzo de 2009
ASCOS APARTE
Hoy quiero presentaros a un elemento que ha escrito lo que viene ahora. Suele firmarse como Azrael y tiene un blog que se llama La Carrera de la Reina Roja. Es muy feo y tiene los tobillos más peludos que yo he visto en mi vida, pero a mí me pone mucho, no sé por qué. Es hijo de mi mejor amigo y ahora se viene unos días a vivir conmigo, porque no se lleva con su padre. Yo le pregunté a su madre "¿desde cuando están así?", y me dijo: "Desde que nació". Arrea. Y encima ha salido asquerosamente hetero, así que me toca otra vez hacer de cura sin tener vocación. Puta vida.
Bueno, pues ya me diréis. Echadle un vistazo al blog.
Es murciano, pa más INRI.
(falta una foto; el que quiera verlo todo, a la Carrera de la etc.)
martes 3 de marzo de 2009
NADA EN PARTICULAR
Hoy es un día cualquiera. Me levanto tempranísimo (las 7:15 no deberían existir), voy a clase, aguanto 2 horas de inglés, 1 de Fisiología Vegetal, y otra adicional de Fisiología Animal. Entrego los trabajos que tenía que entregar, y escribo rápido y sin quejarme hasta que me duele tanto la muñeca que el dolor acaba transladándose a mi cabeza.
Agobio.
El salir tarde, hambriento y mareado tampoco ayuda. Cuando abro la puerta de la facultad, un viento punzante azota mi cara y las gotas de lluvia encrespan los pulcros pelos alisados de unas cuantas pijas que acaban de asomarse al mundo exterior. Miro a mi alrededor buscando una mirada amiga, pero la gente no está para gilipolleces. Y más concretamente, no está para mis gilipolleces. Se apresuran a abrir el paraguas y salir cagando leches a coger el bus, que ya se está yendo. El cielo amenaza con su gris lupino y tras 5 minutos en la parada logro al fin dejar el campus.
Frío.
En el autobús la gente habla, ríe, comenta. Sus preocupaciones mundanas me parecen en ese momento vacías y caprichosas. Me siento solo en la parte trasera, pegado a la ventana, y me dedico a observar cómo las gotas se deslizan por el cristal. Me entretengo en adivinar cuál llegará antes que la otra. Veo a la gente sin paraguas correr por la calle, con periódicos en la cabeza, gabardinas y maletas marrones, esquivando el agua que se acumula y salpica cuando pasan los coches, hasta que llego a mi destino.
Recorro el breve trayecto que hay hasta mi casa y abro la puerta. Mi familia está recogiendo ya la mesa (afortunadamente). Y a partir de ahí todo es igual. Discusión por aquí, discusión por allá, e incluso hoy por si fuera poco también toca discusión por teléfono.
Finalmente llega la noche, y mi madre para de entrar a mi habitación y se va a dormir. Mi padre apaga el ordenador y deja de gritar, marchándose a la cama también, al igual que mi hermano. El tumulto de los vecinos poco a poco empieza a disminuir e incluso apago el CD de Megadeth que lleva sonando 20 minutos. Entre las mantas y edredones (que me cubren hasta la nariz) escucho el ruido del agua cuando golpea las aceras y un sopor empieza a invadirme. Por fin, una sensación agradable logra penetrar en mi cuerpo y la mente se me queda en negro. Al principio no logro saber qué es, ni de dónde procede. Sólo sé que es maravilloso, que es lo mejor sin duda de éste día en particular, y que por mi al resto del mismo le podrían haber dado bastante porculo. Y de pronto, la respuesta aparece en mi mente, como si súbitamente se condensara de la nada:
Silencio.
Bueno, pues ya me diréis. Echadle un vistazo al blog.
Es murciano, pa más INRI.
(falta una foto; el que quiera verlo todo, a la Carrera de la etc.)
martes 3 de marzo de 2009
NADA EN PARTICULAR
Hoy es un día cualquiera. Me levanto tempranísimo (las 7:15 no deberían existir), voy a clase, aguanto 2 horas de inglés, 1 de Fisiología Vegetal, y otra adicional de Fisiología Animal. Entrego los trabajos que tenía que entregar, y escribo rápido y sin quejarme hasta que me duele tanto la muñeca que el dolor acaba transladándose a mi cabeza.
Agobio.
El salir tarde, hambriento y mareado tampoco ayuda. Cuando abro la puerta de la facultad, un viento punzante azota mi cara y las gotas de lluvia encrespan los pulcros pelos alisados de unas cuantas pijas que acaban de asomarse al mundo exterior. Miro a mi alrededor buscando una mirada amiga, pero la gente no está para gilipolleces. Y más concretamente, no está para mis gilipolleces. Se apresuran a abrir el paraguas y salir cagando leches a coger el bus, que ya se está yendo. El cielo amenaza con su gris lupino y tras 5 minutos en la parada logro al fin dejar el campus.
Frío.
En el autobús la gente habla, ríe, comenta. Sus preocupaciones mundanas me parecen en ese momento vacías y caprichosas. Me siento solo en la parte trasera, pegado a la ventana, y me dedico a observar cómo las gotas se deslizan por el cristal. Me entretengo en adivinar cuál llegará antes que la otra. Veo a la gente sin paraguas correr por la calle, con periódicos en la cabeza, gabardinas y maletas marrones, esquivando el agua que se acumula y salpica cuando pasan los coches, hasta que llego a mi destino.
Recorro el breve trayecto que hay hasta mi casa y abro la puerta. Mi familia está recogiendo ya la mesa (afortunadamente). Y a partir de ahí todo es igual. Discusión por aquí, discusión por allá, e incluso hoy por si fuera poco también toca discusión por teléfono.
Finalmente llega la noche, y mi madre para de entrar a mi habitación y se va a dormir. Mi padre apaga el ordenador y deja de gritar, marchándose a la cama también, al igual que mi hermano. El tumulto de los vecinos poco a poco empieza a disminuir e incluso apago el CD de Megadeth que lleva sonando 20 minutos. Entre las mantas y edredones (que me cubren hasta la nariz) escucho el ruido del agua cuando golpea las aceras y un sopor empieza a invadirme. Por fin, una sensación agradable logra penetrar en mi cuerpo y la mente se me queda en negro. Al principio no logro saber qué es, ni de dónde procede. Sólo sé que es maravilloso, que es lo mejor sin duda de éste día en particular, y que por mi al resto del mismo le podrían haber dado bastante porculo. Y de pronto, la respuesta aparece en mi mente, como si súbitamente se condensara de la nada:
Silencio.
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16 comentarios:
Yo es que me meo vivo cada vez que lo leo, no me da la gana de disimular.
Azrael, me parece maravilloso en serio, únete al blog!!!!
"Miro a mi alrededor buscando una mirada amiga, pero la gente no está para gilipolleces. Y más concretamente, no está para mis gilipolleces."
XDXD
Mudito eres un gran mecenas...
chico, necesitas independencia, tendrás silencio hasta la náusea.
Joss, no señor. El silencio es como el aire: nunca sobra.
Lo que sí puede es faltarte: ahogo=agobio.
Y no nos muestres más ese bigote, copón ya, tanto callar.
el silecio de la independencia es el más bello y el que mejor sabe.
Es cierto, el silencio nunca sobra.
Pues Azrael comentarle que pa'lante, a escribir como un loco. Yo todo lo soluciono igual.
Que coja ideas de su estancia con el mudo que seguro que hay material para aburrir, de hecho nos podría hacer unas crónicas de sus estancia al lado de tan destacado personaje en nuestra cosmogonía de orates (juas, me encanta ponerme pedantorro).
En serio Azrael, escribe, escribe, escribe. No seas como los demás que quisimos integrarnos en la sociedad y estudiamos los más variados oficios.
Y respecto al silencio, no sé, es temprano, ayer me fui de cervezas para organizar la despedida de soltero de mi amigo-hermano, ahora tengo en la cabeza de todo menos silencio.
es cierto, el silencio nunca sobra
la foto es muy apropiada
decimononomanifiéstate
(no, no, no es que te decimos
no-manifiéstate
sino todo lo contrario)
¡calambures, calambures!
Argax: cosmogonía será, pero no todos. Yo, por ejemplo, soy de un pueblo de Murcia.
Orates no sé. A mí me parece que lo que estamos es más locos que una cabra. Véase si no el comentario anterior. Como para tranquiliza a cualquiera.
Y me sumo a la recomendaión que le haces: Que coja conmigo. Que coja mucho, como diría un argentino.
Y ya.
¡Ah! no achaquéis que no contesta a desinterés o falta de educación. Creo que se ha ido a Cartagena a gastar gomas todo el fin de semana.
¡beatus ille!
Claro, y luego me lo habrán dejao sequico, ya verás tú.
Ay mudo!
Lo que tu le puedes enseñar a Azraelillo. Siempre fui de la opinión de que si alguien no quiere comer hay que obligarlo porque es por su bien.
En fin, me gusta estar en esta sala de ventanas con barrotes, compartiendo pastillas de colores, palabrejas descontextualizadas, pensamientos más pesados que elefantes, me gusta, me gusta y me reitero somos como un olimpo de dioses dementes, unos más dioses y otros más dementes.
¿No crees?
Ahora en serio, tutorízalo bien al chico no se vaya ha hacer psicólogo.
Un beso que creo que nunca te había mandado uno. Es que las actitudes paternales me enternecen.
Y sobre el silencio sigo sin pronunciarme supongo que más allá de estos cascos desde los que sale una celestial voz de cantautor uruguayo habrá un silencio desolador o lo que es pero un run run insoportable de gente que no dice nada. Estoy extremista y me niego a reconocer mi parte de culpa por no saber encontrar ruidos significativos entre tanta bobería.
Me voy a preparar un té que tengo el cuerpo destemplado.
Claro Argax, eso es lo que yo quiero: darle un pedazo de tutorizao por donde yo me sé pa que se quede tutorizao pero bien. Y aluego, sus clases de repaso y todo.
Por supuesto, todo con mucha higiene, eso sí.
Como tú dices, es por su bien, que a mi...
Mae mía mae mía, cuanta gente opinando sobre mi pequeña excreción paliativa de turno...
En serio que no es que me haga el modesto ni na de eso (eso va por ti, mudo), esque creo que no es pa tanto...jajaja
Es más, se me hace extraño escribir sobre esos temas porque nunca escribo sobre ellos. Pero bueno, como a la gente le ha gustao voy a empezar a creer que molan y to.
A quien ha dicho por ahí arriba "no sea que acabe como psicólogo" le digo que tranquilo, que estoy estudiando biología, y muy orgulloso de ello.
Efectivamente no he contestado hasta hoy porque estaba en Cartagena gastando gomas.
Y para finalizar, diré que el silencio es una de esas cosas que sólo echas de menos cuando no la tienes, y que para mi gusto está muy infravalorado.
Gracias por los ofrecimientos de unión a vuestra pequeña comunidad, pero de momento quiero conservar mi pequeño blog y no me veo con tiempo suficiente de escribir en dos.
Un saludo gente!
Bueno, pero cuando los mayores digamos que está muy bien, tú das las gracias y te callas, que nadie te ha pedido tu opinión.
Que te ando viendo mu sobrao últimamente.
Yo lo único que digo es que empecé como biólogo y fijate donde he acabado para gozo y disfrute de tu mentor el mudo que tiene para el solito un vitorino de orientación cognitiva que embiste una y otra vez ante su gastado capote dialéctico.
Y lo de que empecé como biólogo es coña, sólo era para acojonar... Pero, ten cuidado, no con los psicólogos sino con el mudo y su expresión: ¡Anda, se me ha caido un eurito al suelo, me lo recoges!
Sin acritú y con el mejor de los tonos os lo digo.
Viva el bigote de Joss!!!
Viva el bigote de joss vale tú lo has querido no yo
HABRÁ GUERRA.
Yo de ti me lo pensaría, vi(c)torino.
mudo, mudo, que te advierto que tienes las de perder, que aquí a todo el mundo le gusta mi bigote... ¿no ves que la gente disfruta con el ridículo ajeno?
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