Máquina: Objeto
fabricado que se usa para facilitar o realizar un trabajo determinado,
generalmente transformando una forma de energía en movimiento o trabajo.
Una máquina simple es
un mecanismo formado por un único elemento. Por ejemplo, una palanca.
El empleo cotidiano de la
palanca está documentado desde el tercer milenio a. C. en sellos
cilíndricos de Mesopotamia. Sin embargo, se estima que la palanca y su
empleo en la vida cotidiana proviene de la época prehistórica.
Al fin y al cabo, cada vez
que un hombre tomó un palo, o un hueso, o cualquier utensilio alargado por un
extremo, para ejercer velocidad y fuerza e imprimirla sobre otro cuerpo, digamos,
por ejemplo, en el ejercicio de una agresión, está haciendo uso de los
beneficios de la palanca.
Muchos estudiosos consideran
que el hombre es hombre por su vigorosa capacidad de concebir y emplear
máquinas. La máquina, como en este caso de la palanca, sin que pueda ser
considerada un ente vivo por ningún científico, trabaja en cambio en perfecta
simbiosis con el hombre como una elegante extensión de su cuerpo: sí, solo
imaginen, una poderosa palanca en manos de un hombre, hermosa, reluciente, como
un fascinante órgano extra, saliente, que aporta al hombre, al humilde hombre, su
capacidad de avanzar inexorablemente hacia el progreso.
Así el hombre concibió de su
ingenio la palanca. El hombre tomó la palanca. El hombre empleó así su propia
energía humana, la que nos fue dada por la madre naturaleza, y que por su
bondad pertenece legítimamente al hombre, para transformarla, a través de la
palanca, en movimiento o trabajo. Y así es que el hombre progresa. Y así el
hombre fabrica más máquinas, cada vez más complejas, y estas máquinas, nacidas
del hombre, de su antigua y profunda naturaleza, progresan para entregar al
hombre, a cambio, aquello por lo que fueron originalmente concebidas:
movimiento y trabajo. Más y más trabajo.
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