19 en el Aleph de Borges

"Una copita del seudo coñac - ordenó - y te zampuzarás en el sótano. Ya sabes, el decúbito dorsal es indispensable. También lo son la oscuridad, la inmovilidad, cierta acomodación ocular. Te acuestas en el piso de la baldosas y fijas los ojos en el decimonono escalón de la pertinente escalera. Me voy, bajo la trampa y te quedas solo. Algún roedor te mete miedo ¡fácil empresa! A los pocos minutos ves el Aleph. ¡El microcosmo de alquimistas y cabalistas, nuestro concreto amigo proverbial, el multum in parvo!

Repantiga en el suelo ese corpachón y cuenta diecinueve escalones.

¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca? Quizá los dioses no me negarían el hallazgo de una imagen equivalente, pero este informe quedaría contaminado de literatura, de falsedad. Cada cosa era infinitas cosas, porque yo claramente las veía desde todos los puntos del universo"


Artículo 19
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

* Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.



Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y la expansión denuncia la obra de sus manos.

Biblia, Libro 19 (Salmos), 19:1

sábado, 22 de mayo de 2010

Mi actitud ante 19

En la edad en que el deseo es más fuerte que los remordimientos, la Culpa y la Verdad saltan sobre mí con mil promesas. Los periódicos hablan de la guerra, y a mí no me importa nada más que darme los caprichos que espero, de cosas nuevas que poder probar. ¿Esperáis que pida mil perdones sobre cosas que yo quiero decir? NUNCA JAMÁS TENDRÉIS ESE MOMENTO. El deseo no deja más opciones: O estás conmigo o te vas de aquí, no quiero perdedores en mi equipo, no importa cómo, pero va a pasar. Y aunque todos me vean en caída, yo sé que vuelo mucho más, nunca sabréis ni de lejos lo que siento, no me importa lo que penséis desde ahí.

Hasta ahora he estado pensando poco en ello. Las cosas van mejor de lo que fueron jamás. Lo importante es que no quede nada dentro. no queden atrapados los deseos.

No pienso claudicar, nunca voy a pediros una disculpa, lo hecho está porque era lo que había, también está porque yo lo quería. Lo quería más que a todos los secretos, más que a la Justicia o la Verdad, no queríais que acabara con mi vida... pues no acabé con ella, sigo aquí.

SIGO AQUÍ!

En la era en que el deseo es más fuerte.

1 comentario:

eρHedro dijo...

El mundo no es blanco o negro. Ni siquiera con acromatosis. El mundo es de colores, te gusten o no. Si reduces al blanco o negro, con el negro te puedes quedar.