19 en el Aleph de Borges

"Una copita del seudo coñac - ordenó - y te zampuzarás en el sótano. Ya sabes, el decúbito dorsal es indispensable. También lo son la oscuridad, la inmovilidad, cierta acomodación ocular. Te acuestas en el piso de la baldosas y fijas los ojos en el decimonono escalón de la pertinente escalera. Me voy, bajo la trampa y te quedas solo. Algún roedor te mete miedo ¡fácil empresa! A los pocos minutos ves el Aleph. ¡El microcosmo de alquimistas y cabalistas, nuestro concreto amigo proverbial, el multum in parvo!

Repantiga en el suelo ese corpachón y cuenta diecinueve escalones.

¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca? Quizá los dioses no me negarían el hallazgo de una imagen equivalente, pero este informe quedaría contaminado de literatura, de falsedad. Cada cosa era infinitas cosas, porque yo claramente las veía desde todos los puntos del universo"


Artículo 19
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

* Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.



Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y la expansión denuncia la obra de sus manos.

Biblia, Libro 19 (Salmos), 19:1

viernes, 13 de marzo de 2009

píldora de asco visual:
la rehumanización

Un bocao te pegaba en tol peluche.
Las partes del cuerpo escindidas nos provocan revulsión. Incluso las que no son verdad. Más aún en un viernes y trece anglosajón.
A menudo, es mucho peor imaginarse el cuerpo sin la parte.

¿Y eso del tornillo en la encía desdentada, cómo lo llevaríais?
Mirad que, de lo que hay, es la mejor opción.

2 comentarios:

elmudo dijo...

epHe, me gusta mucho lo que haces, pero sólo cuando lo entiendo -como es natural-, lo cual no es siempre.
Hace muchos años una amiga me dijo: "yo a mi *** (el novio) le chuparía hasta los mocos, en serio". También he oído más de una vez: a ese yo le comía hasta el negro de las uñas. también en serio. Y sobre la parte sin el cuerpo o el cuerpo sin la parte, sólo hay que ver las últimas películas de Buñuel.
Y luego unos comen gusanos y otros no, los perros se comen cacas o vómitos y nosotros no, unos comen mariscos y otros no, los murcianos comen habas crudas con gran placer y los gallegos se las dan, y cocidas, a las vacas, etc.

Para mí el asco no es sino un gran saco lleno hasta la boca de prejuicios sacralizados por la costumbre.

Y los ascos son como los miedos y los complejos: cuantos menos se tengan, más libre es uno. Cualquiera que haya conseguido alguna vez librarse de un miedo, un asco o un complejo, sabe perfectamente de lo que estoy hablando.

Un beso. A ver si se te casa otro primo pronto.

eρHedro dijo...

Tú eres tan sabio así de natural...
a) por que tú lo vales.
b) porque las primaveras no perdonan.
c) porque comes mucho zarangollo.
d) porque el psiquiatra no te entiende.
e) e, e palo-palito-palo-e.
f) todas las anteriores.
g) ninguna de las anteriores.