19 en el Aleph de Borges

"Una copita del seudo coñac - ordenó - y te zampuzarás en el sótano. Ya sabes, el decúbito dorsal es indispensable. También lo son la oscuridad, la inmovilidad, cierta acomodación ocular. Te acuestas en el piso de la baldosas y fijas los ojos en el decimonono escalón de la pertinente escalera. Me voy, bajo la trampa y te quedas solo. Algún roedor te mete miedo ¡fácil empresa! A los pocos minutos ves el Aleph. ¡El microcosmo de alquimistas y cabalistas, nuestro concreto amigo proverbial, el multum in parvo!

Repantiga en el suelo ese corpachón y cuenta diecinueve escalones.

¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca? Quizá los dioses no me negarían el hallazgo de una imagen equivalente, pero este informe quedaría contaminado de literatura, de falsedad. Cada cosa era infinitas cosas, porque yo claramente las veía desde todos los puntos del universo"


Artículo 19
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

* Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.



Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y la expansión denuncia la obra de sus manos.

Biblia, Libro 19 (Salmos), 19:1

martes, 3 de febrero de 2009

Alfonsina Storni, Bien pudiera ser

Bien pudiera ser que todo lo que en verso he sentido

no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.

Dicen que en los solares de mi gente, medido
estaba todo aquello que se debía hacer...
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna... Ah, bien pudiera ser...

A veces en mi madre apuntaron antojos
de liberarse, pero, se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.

Y todo esto mordiente, vencido, mutilado,
todo esto que se hallaba en su alma encerrado,
pienso que sin quererlo lo he libertado yo.


(Este poema que casualmente he encontrado de Alfonsina Storni me ha gustado tanto que quería que lo leyeseis)

3 comentarios:

Argax dijo...

Pues habla nada más y nada menos que de la fuerza de la palabra. Es de ese tipo de poesía que reivindica para la mujer el papel que debería tener.
Me gusta que la autora se sienta poderosa y ansiosa por utilizar el gran don que se le ha dado y del que no se siente del todo poseedora.

Gracias Joss.

yosoyjoss dijo...

El poema es obviamente feminista y me gusta, pero también habla de la "utilidad" de la poesía, de qué es para ella, y me encanta su visión de ésta.

eρHedro dijo...

Es muy «meta», la verdad. Metalingüístico, metapoético, metafeminista.
Uno, siempre pensando en lo único.