19 en el Aleph de Borges

"Una copita del seudo coñac - ordenó - y te zampuzarás en el sótano. Ya sabes, el decúbito dorsal es indispensable. También lo son la oscuridad, la inmovilidad, cierta acomodación ocular. Te acuestas en el piso de la baldosas y fijas los ojos en el decimonono escalón de la pertinente escalera. Me voy, bajo la trampa y te quedas solo. Algún roedor te mete miedo ¡fácil empresa! A los pocos minutos ves el Aleph. ¡El microcosmo de alquimistas y cabalistas, nuestro concreto amigo proverbial, el multum in parvo!

Repantiga en el suelo ese corpachón y cuenta diecinueve escalones.

¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca? Quizá los dioses no me negarían el hallazgo de una imagen equivalente, pero este informe quedaría contaminado de literatura, de falsedad. Cada cosa era infinitas cosas, porque yo claramente las veía desde todos los puntos del universo"


Artículo 19
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

* Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.



Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y la expansión denuncia la obra de sus manos.

Biblia, Libro 19 (Salmos), 19:1

domingo, 9 de noviembre de 2008

Iratxe

Iratxe desprendía azahar desde su piel blanquecina, jugaba las tardes de los sabados conmigo y nos lo pasabamos genial, Iratxe siempre me besaba en la mejilla, y sus manos moldeaban arcilla con formas de corazones y simbolos de la paz como ella decía que eran, nos mirabamos a la cara como dos enamorados, nos queríamos demasiado, pasabamos muchas noches de viernes y sabados apoyados en el poyete ahi arriba lo más cerca del cielo, confirmando nuestro deseo de observar con nuestros ojos como se pintaban de plata las estrellas

Iratxe conoció una tarde de mayo su sueño, el mio murió cuando ella lo encontró, vacié los bolsillos y encontré una nota que ella me dejó aquella misma tarde.

la carta decía.....

6 comentarios:

Argax dijo...

La carte decía un escueto adios y gracias.
Llega un momento en que el amor se quita la máscara y se muestra tal cual es: un puto desagradecido.

Y una cosa, el olor a azahar, a pesar de ser un cliché, un topicazo, es tan sugerente, tan cercano a mi imaginario particular, que ya sólo ese principio me mueve a querer conocer a Iratxe.

Y por cierto, yo es que soy medio gato y muy curioso, que decía la carta?

yosoyjoss dijo...

el azahar un cliché? noooo... como se nota que eres sevillano, argax jurjurjur

Argax dijo...

Queridisimo y admirado joss, no se ría usted de mi. Por reyes le voy a regalar una colonia que por supuesto huela a azahar.
Y sí, soy sevillano, por mucho que me duela. A mi me hubiera gustado ser de cualquier otro sitio la verdad, algún día discutiremos sobre identidades regionales, localismos y derivados. Es un debate apasionante, contra la globalización hay que volverse cañi, he dicho. Un beso de este posmoderno descreído.
;)

chá dijo...

Mm..no todo el mundo puede tener el glamour de los de Linares (lease Linahreh)... a pesar de que no sabemos qué hay en la carta, Argax claro que sí, al final el amor es un pito desagradecido infame que como me lo encuentre por la calle te juro que le reviento la....

bien, quise decir, que sí, que el amor acaba convirtiendose en lo contrario, cruando la linea...

Besis

yosoyjoss dijo...

"el amor es un pito desagradecido"

Cha, filósofa andróloga

chá dijo...

juajuajuajuajuuuuaassssss dios!! no me habi ddo cuenta!! ay joss.... pues si, por que no?