De la A a la Z pasando y de la Z a la A, y de la A a...

¿Y de qué hablará la gente?
Depende, depende mucho del día de la semana. De lunes a viernes, del trabajo de los demás. Si es de sábado a domingo, de lo que se mete y se dejan de meter y de lo poco que uno se mete cerrado a calicanto en los bares o encerradito en su casa.

¿Pero tú te has fijado? Digo que si te has fijado como hace las cosas X, como te ha respondido Y, de lo misteriosamente simpático que está Z. Algo no cuadra. No, claro que no cuadra; incluso es alarmante que Y se comporte como Z al tiempo que Z abandona su posición de X para que esta X oscile entre los distantes A y B con los que, por cierto, no suele hablar jamás porque la distancia N de su mesa hasta las suyas es infranqueable. A lo más, juegan a veces a que son dos personas saliendo a velocidades distintas desde un mismo punto hacia el metro. Como la frecuencia de paso del metro es regular (pero impredecible) a veces ocurre que el Gran Sujeto del experimento alucina de lo poco o mucho que tiene por hablar con esos sujetos secundarios, al mismo tiempo Grandes Sujetos de sus propias movidas. Bien, pues, que si algo se está saliendo de madre lo mejor que podemos hacer es ponerlo a parir. Si optamos por ser más prudentes, lo serenos es sospechar. Si estamos que lo tiramos, probar a ver qué cosa tan grave puede llegar a pasar.

Sospecho, sospecho en los desayunos, mojando un croissant en el café. Los miro, y creo que sospecho de Y, Z y X. ¿Quién coño sois, tíos? ¿Qué sabrás del trabajo de A o de B si lo tuyo es hacer revistas, no anuncios de la tele? Por favor, Z, si quieres ser un A... simplemente, vete hacia el punto A y no vuelvas más. Y, cariño, deja de beber cardú y de hablar del dinero del jefe y pon en marcha ya las ansias de tu macho alfa interior.. X... querida X... tu sitio está es una isla, en una isla bonita, marcando un tesoro que ya está robado. Que quieres, los mapas se quedan viejos muy pronto. Diseña otro, que ahora sabes más que antes.

Como es viernes, vivas y alegrías. Pero la sombra de un posible puente comido por el cruel calendario 2008 nos chafa la euforia. Qué más da, amigos míos del curro, las tiendas nos esperan el sábado abiertas de par en par, los restaurantes no nos ponen alfombra roja pero gustan de vernos entrar. Haremos algo guay, haremos algo sano, justificaremos nuestro dinero porque, recordad, mes que empieza, mes que cobro. Que me salgo, que voy, que reviento. Todo el mundo invita (a todo).

Por favor, ¿podemos dejar de anestesiarnos un segundo?

Haces mala cara. Tu haces mala cara. Tu también haces mala cara.
Bah, bueno es que... armando la cafetera OTRA VEZ, es... pues que es lunes.